—Perdóneme vuestra merced —dijo Sancho—, que como yo no sé leer ni escrebir, como otra vez he dicho, no sé ni he caído en las reglas de la profesión caballeresca; y de aquí adelante yo proveeré las alforjas de todo género de fruta seca para vuestra merced, que es caballero, y para mí las proveeré, pues no lo soy, de otras cosas volátiles y de más sustancia.(Capítulo X)
- La única preocupación de Sancho es comer. Comprueba cuál era su menú:
- ¿Qué son "duelos y quebrantos? Escucha la explicación de la voz de Nieves Concostrina, del programa No es un día cualquiera, del 30 de marzo)
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